Zumbidos retuercen huesos, disolviendo en gestos pestañas de aceite Desastres de palabras, justificaciones que cansan los botones de chaquetas mal usadas. Las ratas no saben de creer, hacen compañía en confesiones. Murallas trizadas hablan como seres asexuados y estrepitosos. Grises son los zapatos cuando se piensa en eso, eso que maravilloso eso, sonaban las campanas, se reunían a comentarlo, eso no era para flotar, dijo la sombra, se abandonan las palabras de eso, todo se quema en la no importancia encadenada al basurero. Hay barros para no pisar Una parálisis espontánea, hielo exacto, enaguas desgastadas, encajes descocidos en jolgorios fantasmales de realidades funestas que van salvando silencios, Se soplan oídos para escuchar reclamos antojadizos de trasnoche.
1 comentario:
Zumbidos retuercen huesos, disolviendo en gestos pestañas de aceite
Desastres de palabras, justificaciones que cansan los botones de chaquetas mal usadas.
Las ratas no saben de creer,
hacen compañía en confesiones.
Murallas trizadas hablan como seres asexuados y estrepitosos.
Grises son los zapatos cuando se piensa en eso,
eso que maravilloso eso, sonaban las campanas,
se reunían a comentarlo,
eso no era para flotar,
dijo la sombra,
se abandonan las palabras de eso, todo se quema en la no importancia encadenada al basurero.
Hay barros para no pisar
Una parálisis espontánea,
hielo exacto,
enaguas desgastadas,
encajes descocidos en jolgorios fantasmales de realidades funestas que van salvando silencios,
Se soplan oídos para escuchar reclamos antojadizos de trasnoche.
Publicar un comentario